Nació en Vera, provincia de Santa Fe, el 11 de mayo de 1912. Hijo de Justino Miranda y Ana Loubiere.
Pasó su niñez en Villa Ana y en 1924 llegó a Resistencia completando la escuela primaria en la Esc. Nº1 “Benjamín Zorrilla”. Sus estudios secundarios los cursó en la Escuela Normal Mixta “Sarmiento”. Desde su adolescencia dejó reflejar lo que ardía en su interior: un periodista de alma y en 1929 comenzó a escribir para el diario “La Opinión”.
En 1930 colaboró con “Estampas Chaqueñas”, sección Editoriales, y al finalizar el año obtuvo su título de Maestro Normal Nacional.
En 1931 se trasladó a Santa Fe para estudiar abogacía. A la vez, ingresó como redactor en el periódico “El Orden”. En 1935 regresó a Resistencia y se convirtió en redactor de “La Voz del Chaco”.
En 1936 ingresó en la docencia como maestro de grado en la Escuela Nº144 de Colonia Elisa. Continúa su labor en distintas escuelas del interior del Chaco: Escuela Nº142 de Charata; Nº91 de Campo Feldmann; Esc. Nº183 de Bajo Hondo; Esc. De Pampa San Martín (Las Breñas); Esc. Nº293 de Quitilipi. Fue escalando jerarquías.
Fue adscripto a la Inspección Seccional 11 de Presidencia Roque Sáenz Peña para coordinar el Proyecto de Reforma Educativa, luego fue secretario de la Inspección Seccional de Resistencia.
Ascendido a Inspector de Zona tuvo que trasladarse a Esquel (Chubut). En 1949, el Gobierno del General Perón lo dejó cesante.
En 1955 fue reincorporado a la docencia como Interventor de Institutos Educacionales y a continuación fue nombrado Inspector Seccional en Paraná y en Buenos Aires.
Colaboró con escritos para “Crisol”, “Clarín” (de Buenos Aires), revista “Región”, revista “Nordeste” (de la Facultad de Humanidades de Resistencia) y revista de “Ciencias Sociales” (de Cap. Federal).
En 1948, elegido por los docentes chaqueños, dictó una conferencia en el curso libre de Estudios Superiores Filial Rosario (Santa Fe) sobre “La Escuela Chaqueña”.
Desde 1968 su nombre se hizo asiduo en el diario “Norte”, que estuvo bajo su dirección durante los primeros años. Ha sido un editorialista que se basaba en la esencia de cada problema regional. Recorría la provincia para conocer y estudiar en profundidad sus necesidades proponiendo las posibles soluciones. Ha publicado más de mil artículos editoriales entre los que se destacan unas 30 notas sobre la Universidad del Nordeste en su décimo aniversario; 33 notas de la serie “Medio siglo pasado meridiano” (1968), y “Perfil del Nordeste” con sus 69 artículos que escribió en 1969 para “El Territorio”.
Elaboró notas periódicas especializadas. Sin exagerar, podemos decir que sus escritos fueron excelentes aportes para todas las publicaciones aparecidas en la provincia, y encasilladas dentro de su raíz democrática.
El poeta Aledo Luis Meloni dijo en una oportunidad con respecto a Guido Miranda como periodista: “Si se rastrearan y seleccionaran sus cuantiosos artículos dispersos en los diarios y revistas de la región (…) se podrían editar varios volúmenes de pensamiento orientador y prosa fluida y certera”.
Su amor a las letras y por el Chaco lo llevó a sumergirse profundamente en su geografía e historia.
El magisterio habría de darle, junto a un natural espíritu de observación y análisis, un conocimiento amplio e integral de la realidad chaqueña, que luego depositaría en sus libros: “La Escuela Rural Chaqueña” (1948); “El paisaje chaqueño” – Ensayo geográfico regional – (3 ediciones: 1954 – 1961 y 1962); “Tres Ciclos Chaqueños” (2 ediciones: 1955 y 1981), crónica histórica que lo hace acreedor del Premio Región Litoral de la Comisión Nacional de Cultura.
Redactó los “Fundamentos y Proyecto del Estatuto del Departamento de Extensión Universitaria y Ampliación de Estudios de la Universidad Nacional del Nordeste (U.N.N.E.)”, (1960). Otros libros: “Al Norte del Paralelo 28”, (1966); “El rostro cambiante del Chaco”, (1973); “Fundación”, (primera parte de Tres Ciclos Chaqueños), edición corregida, (1974); “Los orígenes de Charata”, (1979); “Los orígenes de Las Breñas”, (1979); “Historia del Cooperativismo Chaqueño”, (1984); “Fulgor del desierto verde”, (1985); “Pueblos de hacha y arado”, “El desafío del Impenetrable”.
También escribió folletos: “Vida de Enrique Lynch Arribálzaga”. “Hombres del Chaco: Moro, Pérez, D’Ambra”, (1973); “Ezequiel Martínez Estrada, escritor e ideólogo”; “Francisco Romero, ciudadano”, (1967), y otros.
Hay muchos aspectos de su quehacer que formaron su temple y el sello inconfundible de eminente escritor y orador. Más de cien conferencias de distintos temas dictó en el Chaco, en provincias vecinas y en diversas ciudades del país.
Habló y escribió sobre geografía, historia, cultivos, bosques, fauna, educación, folclore y cultura del Chaco; semblanzas de personalidades y de amigos que actuaron en la zona; de las inmigraciones y fundaciones de pueblos (como ya hemos visto) y también de política.
Su actividad no se limitó únicamente a la enseñanza y a las letras, un límpida trayectoria política lo llevó a ser candidato a gobernador de la provincia por el Partido Socialista.
En 1957 ocupó la Secretaría de la Convención Constituyente Provincial.
Fue miembro de la Junta de Estudios Históricos del Chaco, representante del Fondo Nacional de las Artes; miembro del Consejo Directivo de la Cooperativa Cultural Nordeste; miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Escritores (S.A.D.E.), seccional Chaco (en representación de la cual dio innumerables revistas orales); formó parte de la comisión directiva de Nomenclatura de Calles de Resistencia.
En 1957, en el Departamento de Extensión Universitaria se desempeñó como Secretario Técnico; en 1959 ocupó el lugar de Delegado Interventor en el mismo instituto; y durante el año 1958 ejerció además, como profesor adjunto interino en la entonces Escuela de Humanidades en el Departamento de Historia.
Además del premio mencionado, en 1976 obtiene el Premio Fundación “Susana Glombovsky”. Fue distinguido con el título de “Dr. Honoris Causa”, acordado en un acto público por la Universidad Nacional del Nordeste, el 17 de diciembre de 1981.
En 1982, recibe la “Orden del Quebracho” del Rotary Club de Resistencia Oeste.
Recibió una medalla como miembro de la Junta Promotora de la U.N.N.E. y por su “aporte al conocimiento del Chaco”, otorgada por el Gobierno del Chaco, en 1972.
En 1986, la Municipalidad de Resistencia lo designó “Ciudadano Ilustre de la ciudad”. En 1972, la Casa Paraguaya de Resistencia le hizo entrega de un “Pergamino”. En 1987, recibió una “Plaqueta” del Instituto de Cultura Hispánica del Chaco.
Don Guido Arnoldo Miranda, dotado de una inteligencia clara y brillante, dio ejemplo de modestia y optimismo. Siempre tuvo palabras justas, respuestas francas y proporcionó asesoramiento sin esperar recompensas.
Estaba casado con la docente correntina Dora Angélica Barreto y tuvo cuatro hijos: Ana Rosa, Justino Alberto, Luis Ramiro Manuel y Carlos Guido.
Falleció en Resistencia, el 5 de junio de 1994, a los 82 años. - La Municipalidad de Resistencia, haciéndose eco de instituciones y pueblo de Resistencia, por Ordenanza Nº2781, del 6 de diciembre de 1995, impuso el nombre de “Guido Arnoldo Miranda” a una calle del Barrio Llaponagat.
- La Biblioteca “Guido Arnoldo Miranda” funciona en la Escuela G.B. Nº33 “Independencia”.
- El 24 de mayo de 1997 se abrió el “Complejo Cultural Guido Miranda” en las instalaciones refaccionadas del ex cine S.E.P., adquirido por el Gobierno Provincial.
- En 1994 se descubrió una placa al periodista “Guido A. Miranda” en el Salón de Periodistas de la Casa de Gobierno.
Fuente: -Hombres y Mujeres que Hicieron Chaco- de Lidia Polich de Calvo. |