Nació el 21 de agosto de 1913, en una pintoresca aldea de la precordillera Krolowka, perteneciente a la provincia de Cracovia, ex capital de Polonia, sede episcopal del Cardenal Wojtyla, luego Papa Juan Pablo II. Hijo de Francisco Stañdo y Cristina Wieclaw, sencillos agricultores. Luis fue el primogénito de catorce hijos.
El 25 de julio de 1939 se ordenó de sacerdote redentorista en su país natal. Como apóstol fue realista y sabía que en el mundo encontraría indiferencia, pero dentro de sí tenía la antorcha misionera que llevó San Alfonso, fundador de su congregación.
Comenzó su apostolado en Dakar, África, donde lo sorprendió la guerra germano – polaca y sorteando las trampas de la muerte, junto con los padres Hryniewicki y Ciurey, el 28 de agosto de 1939 compartió las emociones del viaje hacia la Argentina, en un vapor francés. El 16 de diciembre llegó a Buenos Aires. De allí pasó a Villa Allende, Córdoba, al Seminario Mayor de los Padres Redentoristas Alemanes para terminar el último año de teología.
El 1 de marzo de 1941 llegó al Chaco radicándose en Charata. Allí pasó hambre, calor, pobreza, y siempre envuelto en polvareda, pero con mucha alegría en el trabajo apostólico.
El Padre Luisito, como todos lo llamaban, tenía habilidades de escultor, pintor, organista, actor, arquitecto… aprovechaba al máximo su tiempo porque en horas de descanso esculpía imágenes religiosas (hizo también una de Sarmiento); pintaba telones, bambalinas, armaba escenarios y juegos de luces. Le agradaba la catequesis infantil, enseñaba a alrededor de doscientos niños y con ellos hacía fiestas y teatro.
En 1944 fue trasladado a Formosa. Durante muchos años recorrió a pie y a caballo toda la entonces Gobernación hacia los lugares más alejados y pobres, sin caminos, medios de transporte ni de comunicación. Recorría decenas de kilómetros para encontrar una familia, un rancho, una sola persona. Sus "parroquias" estaban en Pozo del Tigre y en Estanislao del Campo, a setenta kilómetros de Las Lomitas, la primera y la otra a treinta.
Cumpliendo con su apostolado, en una oportunidad cabalgó nueve horas bajo lluvia, con fuerte viento frío que le calaba los huesos. Los aborígenes que lo acompañaban lo hicieron llegar hasta Las Lomitas, donde tuvo que guardar cama durante un mes, y con la consecuencia de soportar el resto de su vida asma bronquial.
Cuando realizaba una misión, preparaba el lugar de la prédica o celebraciones. Desenrollaba una tela pintada por él, un enorme y sangriento Cristo en la Cruz (que siempre llevaba a sus espaldas como si fuera una simple mochila) que cubría el fondo de su improvisado púlpito; dos botellas vacías hacían de candeleros donde colocaba las velas, representando "la Luz de Jesucristo"; y después daba sus homilías y sermones típicamente alfonsianos. Sus temas predilectos eran la Pasión de Cristo, el Santísimo Sacramento, el Santo Rosario, María Inmaculada, además de los pasajes bíblicos con sus correspondientes enseñanzas para que cada oyente lleve a la práctica en la vida diaria.
Los viajes más largos los hacía a caballo o mula, hasta veinte leguas de distancia, pero muchas veces el recorrido tuvo que hacerlo caminando, descansando donde podía y comiendo cuando tenía. A veces le acompañaba un gendarme o un nativo, en otras ocasiones se acomodaba entre cajones y bolsas de mercadería en un camión hasta donde conseguía le prestaran un caballo. Cierta vez el chofer tuvo que hacer una maniobra brusca y el Padre Luisito cayó del camión lastimándose bastante. El chofer se dio cuenta y detuvo el vehículo. El Padre sacudió su ropa para quitarse la tierra y dolorido logró subir nuevamente.
En distintas oportunidades se perdió, a pesar de llevar consigo un croquis o plano de los lugares a visitar.
En una localidad, había formado la "Comisión de Damas". Las mujeres que la formaban eran honestas, trabajadoras, pero los esposos sabían aprovecharse de los escasos fondos con intenciones de reintegrarlos. El Padre Luisito no necesitó acusarlo ni recurrir a la Gendarmería, logró formar una comisión de hombres, subordinándola a la de las damas.
En ambas comisiones consiguió el máximo apoyo, una recta contabilidad y entusiasmo feliz por trabajar para Cristo.
Estimulados los feligreses, construyeron la torre para el campanario, adquirieron una campana de sesenta kilos, empezaron a reunirse todos los domingos y fiestas de guardar, aunque no estuviera presente el sacerdote; y la catequesis que siempre resultaba imposible, comenzó con más de treinta niños.
Después de diez años, en octubre de 1954, llegó a Resistencia para unirse al Padre Alfredo Müller que venía a fundar la Casa de los Redentoristas. Se hospedó primeramente en el Obispado con él, pero después se trasladó a una pequeña pieza al lado de la Capilla en Margarita Belén. En este lugar se desempeñó como Capellán con un gran radio de acción.
Pasó luego a Villa Ángela y de allí a General Pinedo con residencia permanente, y fue el último sacerdote redentorista de esa localidad. Se ausentó el 4 de septiembre de 1971 y le sucedieron temporariamente los jesuitas. Permaneció nuevamente en Charata, Villa Ángela y por último en Resistencia.
Afincado en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción fue buscado, querido y necesitado. Recorría la comunidad visitando casa por casa, orando y bendiciendo a los integrantes de cada hogar.
Durante su larga trayectoria como sacerdote dio preferencia en ayudar, estimular y aconsejar a los pobres, enfermos, marginados y pecadores, destacándose como confesor infatigable, desarrollando así una profunda y fecunda labor evangélica. No se dejó influenciar por el ambiente, sino que siempre actuó con solidez y serenidad apostólica. La fe fue el motor que impulsaba su vida.
El Padre Luis Stañdo tenía figura pequeña, por sus dolencias y por su accionar sacrificado, representaba más edad de la real, pero siempre se mostró dinámico, alegre y muy enamorado de Jesús.
Falleció en Resistencia el 11 de agosto de 1991 y su féretro fue depositado en Villa Ángela.
- A pedido de los vecinos de Villa Puppo, la Municipalidad de Resistencia designó al ex pasaje Riccioni con el nombre de "Pasaje Reverendo Luis Stañdo", por Ordenanza Nº2043/1992.
Fuente: -Hombres y Mujeres que Hicieron Chaco- de Lidia Polich de Calvo. |