Nació en Almuñécar, provincia de Granada, España, el 19 de septiembre de 1878. En diciembre de 1889 emigró a Chile con sus padres y hermanos. Allí comenzó a distinguir las propiedades de las hierbas curativas. Vivió en lugares carentes de asistencia médica, y su intuición lo llevó a comprobar que con algunas de ellas lograba el alivio.
En enero de 1897 pasó con su familia a la Argentina, a lomo de mula hasta Mendoza, en tren a Buenos Aires y en vapor a Barranqueras. Se dedicó a la compra, venta y cría de hacienda. Miguel, con sus hermanos menores Juan y Ricardo, el 26 de febrero de 1912 llegó al Km. 173. El 1 de marzo del mismo año este lugar fue fundado por el Comandante Carlos D. Fernández, con el nombre de Presidencia Roque Sáenz Peña, siendo uno de los primeros pobladores.
Colaboró con el ejército con guapeza nunca disminuida. Intervino en el trazado de calles, obligando esta tarea a devastar las malezas, arbustos y derribar árboles.
Se radicó en su casa-quinta, retirado del centro.
El 8 de junio de 1913 se constituyó la Comisión de Fomento y don Miguel Vargas integró la misma por votación secreta entre los asistentes a la asamblea.
Por suscripción pública, se obtenían donaciones voluntarias del vecindario como recursos de la Comisión de Fomento, y contaba además, con el apoyo moral y material del Regimiento 6º asentado allí. De esta manera, los integrantes de la incipiente comisión pudieron abrir más calles, arreglarlas, concretar caminos de acceso, plantaciones de árboles en la plaza y otras obras esenciales para un pueblo naciente.
El 15 de junio de 1913 el Sr. Miguel Vargas, como autoridad del pueblo, presenció la inauguración de la primera escuela designada con el Nº31.
Tenía instalada una carnicería; pero hizo toda clase de tareas: aró la tierra, faenó haciendas, perforó pozos para el consumo de agua para la población; fue resero, alambrador, construyó su propia vivienda; realizó pequeñas cirugías en animales vacunos y yeguarizos además de curaciones que efectuó cuando no había veterinarios; más aún, en ausencia de estos profesionales certificaba la calidad de la carne que consumía Sáenz Peña desempeñándose como encargado del Matadero a partir del año 1936, trabajo que le dieron a causa de verlo perjudicado en su faz económica. Años después, se desempeñó como principal del cementerio local, donde logró su jubilación.
Su condición personal lo llevaba al trato amistoso con hombres públicos y de distintos partidos políticos.
Era un hombre ampliamente solidario. Cuando un malón se preparó para atacar a la vecina localidad de Quitilipi, el anuncio inquietó a sus pobladores y solicitaron colaboración a los habitantes de Sáenz Peña. Don Miguel, junto a un gran amigo, voluntariamente marchó hacia la defensa.
De mediana estatura, de extraordinaria ligereza y energía, sincero y correcto, honrado y valiente, así era don Miguel.
Formó su matrimonio con la correntina Mercedes Báez, quien lo acompañó con respeto y comprensión. No tuvo hijos. Falleció en Presidencia Roque Sáenz Peña.
- La Municipalidad de Presidencia Roque Sáenz Peña y el pueblo quisieron honrar la memoria de don Miguel Vargas imponiendo su nombre a una calle.
Fuente: -Hombres y Mujeres que Hicieron Chaco- de Lidia Polich de Calvo. |