Nació en Madrid, España, el 16 de julio de 1854.

Se educó en un colegio religioso hasta los dieciséis años. Allí aprendió labores, tejido y todo lo concerniente a la vida del hogar. En las fuentes de la moral y la religión se modeló su espíritu para afrontar con serenidad todas las vicisitudes que la vida le depararía.

Era una lectora asidua, conocía a fondo la literatura española y los novelistas de esa época; las obras de teatro, zarzuelas y músicas de España; de agradable voz, entonaba canciones de su tierra.

Casada con don Luis Ros de los Ursinos (éste era descendiente de la Princesa de los Ursinos). Vivieron en Madrid hasta que las persecuciones políticas en las luchas contra la monarquía, les obligaron a radicarse en Francia. En París se relacionaron con familias argentinas, y más tarde, emprendieron viaje a Buenos Aires para luego seguir hasta el Chaco, llegando en el año 1891.

Radicados en Resistencia, a don Luis le asignaron un puesto de responsabilidad en la gobernación, en el cual se desempeñó durante dieciocho años, aunque cambiaran los gobernantes. Don Luis falleció el 28 de febrero de 1909.

En ese medio de trabajo, febril e inhóspito, cuando se vislumbraban en el Chaco los reflejos de su incipiente cultura, en el mes de septiembre de 1909, el pueblo de Resistencia se dio cita en la Municipalidad, concretándose en una solemne asamblea, la constitución de la "Sociedad de la Biblioteca Popular Rivadavia".

Por unánime decisión de la comisión directiva, la flamante institución se puso bajo la custodia y el amparo de doña Carmen Vilallave de Ros, instalándose y funcionando hasta después de su muerte, en su propia casa, amplia y cómoda.

Doña Carmen, sin familiares, sin ninguna pensión que la ayudara a subsistir, a los 55 años de edad, se convirtió en la primera bibliotecaria del Chaco. No tuvo la posibilidad de una preparación a nivel universitario como en la actualidad, pero si una amplia cultura formada por la lectura asidua en todos los géneros literarios, unida a su inteligencia e intuición que puso en esta noble tarea junto a su voluntad ejemplar y celo inigualado. Donó a la biblioteca todos sus libros junto a los de su esposo fallecido meses antes.

En 1910 se abrieron las puertas de la Escuela Normal Mixta Sarmiento. Los incipientes estudiantes buscaron las fuentes necesarias y encontraron en una modesta biblioteca el material indispensable para iniciar una proeza de envergadura.

La juventud estimaba, respetaba y distinguía a doña Carmen porque era la rectora, maestra, profesora, madre, amiga buena, consejera oportuna, colaboradora eficiente, que durante muchos años orientó al joven con su labor tesonera, su paciencia y su dedicación. Se complacía en ser útil. Los problemas de ellos eran suyos; se interesaba, se inquietaba, se afligía, cuando sus libros y su sabiduría no podían satisfacer sus exigencias.

Activa, de labia fácil, por momentos vivaz. Muy compenetrada en los asuntos que dirigía con cariño y en cada uno de sus detalles. Su cordialidad y su amena conversación que deleitaba con los relatos de las bellezas de su Madrid amado y con los comentarios de su estadía en París, permitieron que los salones de la biblioteca se convirtieran en un lugar de amable tertulia para todos aquellos que compartían el mundo intelectual de la época.

Era bajita, regordeta, movediza, de cabellos entrecanos recogidos detrás, pulcra y correcta en el vestir. Vestía casi siempre de negro, sobre todo desde la muerte de su esposo.

En los 17 años de labor constante hizo de su puesto un apostolado. Fue el alma de ese conjunto de libros que conocía uno por uno, sabía su ubicación sin necesidad de catálogos y estaba informada de sus contenidos.

Falleció el 15 de febrero de 1927, a los 72 años.

Así la recordaron en el acto de "Homenaje a la Primera Bibliotecaria del Chaco" en 1966, quienes la conocieron y convivieron con ella siendo alumnos de la Escuela Normal Mixta Sarmiento.

• La Municipalidad de Resistencia impuso el nombre de "Carmen Vilallave de Ros" a la Av. Nº16 que nace a la izquierda de la Av. 9 de Julio, por Resolución Nº598 del año 1959.

Fuente: -Hombres y Mujeres que Hicieron Chaco- de Lidia Polich de Calvo.