Dificil compromiso el de realizar una obra pensando en el alma del espectador, tratando de interpretar sus sentimientos sin dejar de respetar los propios. Causar impresiones profundas a partir de las sensaciones que provoquen el recorrer las formas, los colores, el mensaje; ese mensaje que intenta testimoniar una época, una cultura y descubrir el espíritu de la gran familia que forma este Instituto Azul. Azul-conocimientos, protección, compartir, apoyo moral e intelectual en la formación de los hijos de nuestras familias, simbolizadas por el Rojo-energía, contención en los momentos difíciles y también en los felices, rojo-honestidad-solidaridad, bondad, rojo referencia al amor durante toda la vida.

Estas dos figuras, el instituto Azul y nuestra familia Roja actúan como continentes de nuestro "Gran Tesoro Verde" los niños, la esperanza del mundo que soñamos y que ya estamos construyendo juntos todos, permitiendo que se eleve un espiral ascendente de fe, de confianza en sí mismos, de generosidad, de capacidad de discernimiento al seleccionar las herramientas que les proporcionamos para enfrentar las dificultades de la vida, de valorizar la libertad y el respeto mutuo y de interpretar en este vuelo creativo, que esas dos figuras, la azul y la roja permanecen con los brazos abiertos para dejarlos volar cuando estén preparados y también para recibirlos cuando necesiten volver, cuando otros necesitemos su regreso o tan sólo cuando quieran satisfacer nostalgias.

MIMO EIDMAN