En el diseño se destaca la simbología propia que identifica a la provincia, sustentada en los colores verde, blanco y azul celeste; en el sol de color oro pleno, en el tradicional arado mancera y en las veinticinco estrellas color oro que lo circundan.
Los colores están distribuidos en tres franjas verticales, de igual tamaño, verde, blanco y azul celeste
La franja verde alude a los campos productivos de la Provincia del Chaco; simboliza también el autóctono monte chaqueño, de incalculable valor ecológico para la región, y a la esperanza siempre viva del hombre y la mujer del Chaco. Las franjas azul celeste y blanca recuerdan a los colores de la enseña nacional. Además expresan: en el color blanco del algodón, uno de los recursos económicos y productivos más importantes de la provincia, y en el azul celeste a los ríos que abrazan y recorren el territorio chaqueño. En el centro superior de la franja blanca se sitúa el sol de oro pleno con treinta y dos rayos flamígeros y rectos dispuestos alternadamente, igual al de la Bandera Nacional. Se simboliza en ese atributo a la argentinidad y a la pertenencia a la Nación Argentina, destacándose el vínculo inalterable del federalismo. Significa también la calidez del pueblo del Chaco, distintivo inconfundible del habitante de estas tierras.
En el centro inferior de la franja blanca, se encuentra el arado, presente en el escudo oficial creado por Carlos López Piacentini, basado en el histórico símbolo chaqueño establecido por el General Antonio Dónovan, Gobernador del Territorio, en el año 1888. El arado posee profunda significación en la historia del Chaco. Denota el trabajo y el esfuerzo que cimentaron la riqueza de la Provincia y convierte a esta bandera en la única que posee tal atributo
Las veinticinco estrellas color oro que circundan el arado representan a cada uno de los departamentos que integran la división política provincial, cada una de ellas brilla con luz propia, con las mismas dimensiones y sin preeminencia de una sobre otra. Se indica así la conformidad de un conjunto en unidad y concordia, y simboliza el eje organizador del desarrollo integral del Estado Provincial, cuya identidad se consolida a partir de la pluralidad cultural que aúna en un destino común a criollos, inmigrantes y pueblos originarios.