Nació en Corrientes el 16 de noviembre de 1901. Allí cursó sus estudios primarios y secundarios. Egresó de la Escuela Normal de su ciudad natal con el título de Maestro Normal Nacional. En 1922 se inició como maestro suplente en la escuela de Puerto Bermejo (Chaco). El 8 de agosto del mismo año fue designado con carácter de titular en la Esc. Nº39 de General Pinedo. En 1925, por creación de la Esc. Nº127 de la misma localidad, es trasladado. Por situaciones enojosas con su íntimo amigo, el Director Juan Pedro Franchisena, los dos fueron sumariados y suspendidos. El 18 de agosto de 1928 fue trasladado a la Esc. Nº114 de Colonia Elisa. En 1930 fue ascendido a Director Infantil Interino a la Esc. Nº176 de los Establecimientos San Carlos de La Escondida, inaugurando la escuela. En noviembre de 1930, al desatarse la Revolución, por una Resolución de Carácter General fue promovido a su anterior puesto (Esc. Nº114), no haciéndose cargo por período de vacaciones. En 1931 fue ascendido como Director Titular en la Esc. Nº176 donde estuvo interinamente. Su consigna fue el cumplimiento del deber y su preocupación, el mejoramiento general del pueblo. Combatió las creencias y ritos de idolatría inculcando la religión católica. Se preocupó por formalizar el estado civil de las parejas y que los hijos fueran anotados. Se encargaba de adelantar estas gestiones, una vez por mes, llevaba al juez y al sacerdote para tales actos. Gestionó y logró que entrara el colectivo de pasajeros hasta el pueblo y que se instalara un médico en la localidad. Cuidó enfermos graves en su propio domicilio para salvar sus vidas. Desde 1936, el 11 de septiembre de cada año, realizaba concentraciones de docentes de las localidades de los alrededores: Punta Rieles, Fortín Aguilar y Salto de la Vieja (lugares que pertenecían a la Compañía), adquiriendo proporciones de gran acontecimiento, cuyos objetivos eran: Cambiar opiniones sobre la enseñanza, presentar trabajos didácticos-pedagógicos, y en beneficio de la comunidad se competían partidos de fútbol, concluyendo el día con una cena y baile popular. La comunidad de La Escondida participaba con alegría y entusiasmo. Fue un docente exigente, respetuoso, puntual y de espíritu sereno. Fue organizador de la Asociación de Docentes de la zona "La Escondida", ocupando la presidencia en períodos consecutivos; Presidente de la Comisión Policial, Delegado Suplente de la Mutualidad del Magisterio en 1938 y 1942. En varias oportunidades, la Superioridad le ofreció el cargo de Inspector de Zona y Monseñor De Carlo le ofreció ser Inspector de Zona de Religión, pero nunca aceptó. Falleció en Resistencia el 13 de octubre de 1948, dejando la inquietud de alfabetización y terminación de estudios para las personas que no tuvieran completa la escuela primaria. Su abnegada esposa y fiel compañera doña Juana Chera de Barrientos, al hacerse cargo de la Dirección de la Escuela, después de su muerte, hizo realidad su aspiración, creando una Escuela para Adultos, trabajando ad-honorem por la noche. - Por sus condiciones personales ponderables y por su labor extraescolar, ha cimentado en la localidad un concepto que habla bien alto de toda su actuación; por tales motivos, la Escuela Nº 176 de La Escondida lleva el nombre de "Antonio Rufino Barrientos".
Fuente: -Hombres y Mujeres que Hicieron Chaco- de Lidia Polich de Calvo. |