El 9 de marzo de 1887, adquirió en remate público 32 leguas de campo sobre el río Tragadero y consiguió otros más por concesión a título precario.

Al comprobar la imposibilidad de colonizar esa considerable extensión, dando muestras de rectitud y honradez, devolvió al patrimonio fiscal 12 leguas y el resto lo dividió, dando lugar a las Colonias: Carolina, Campo Amadeo y Margarita Belén.

Con hacheros correntinos, comenzó enseguida la explotación de maderas, instalando varios obrajes. El río Tragadero ofrecía fácil transporte a embarcaciones de hasta doscientas toneladas de carga, para la conducción de los productos forestales al puerto de Corrientes y Buenos Aires.

Los inmigrantes italianos que llegaron al Chaco, se instalaron en esta zona, en el Tragadero y en Margarita Belén, dando impulso a la explotación agrícola, que ya habían iniciado los criollos correntinos con el algodonero, maíz, mandioca y batata.

En 1901 el Dr. Félix Amadeo Benítez distribuyó entre los improvisados colonos semillas de algodón traídas por él desde Buenos Aires, a fin de ensayar el cultivo en la región, sembrándose en esa oportunidad seis hectáreas de tierras.

Todos los antecedentes conocidos concuerdan que fue en la localidad de Colonia Benítez donde se inició el cultivo del algodonero, ya que el cultivado a fines del siglo pasado era de variedad arborescente, incluso los de color castaño.

Más tarde, el Dr. Benítez instaló una desmotadora a mano.

A este pionero y demás colonos les tocó comenzar con la lucha contra las plagas, ya que a cuatro años de la primera siembra (1905) la oruga atentaba contra los cultivos destruyendo gran parte de los algodonales; combate que día a día y período tras período se hizo más intenso por la diversidad de plagas que atacaban el "oro blanco".

Los inmigrantes italianos, españoles, austríacos y franceses ubicados en Colonia Benítez, desarrollaron sus actividades en la agricultura, artesanía, pequeñas industrias, mecánica, comercio, en la ciencia, las artes y en el magisterio. Con ese valioso aporte civilizador que recibiera el Chaco, Colonia Benítez, irradió su cultura y su potencial industrial sobre Resistencia.

En 1896, Seelstrang instaló una refinería de azúcar, y años después entraron en funcionamiento dos fábricas de tanino de extracto de quebracho.

En 1908 se inauguró la escuela de agricultura, única en su género en el norte del país.

Desde 1888 se impartió instrucción a los niños en forma particular, pero desde el 26 de octubre de 1890, funcionó la Esc. Nº10.

El pueblo fue creciendo y las oficinas públicas también, gracias a las inquietudes del Dr. Félix Amadeo Benítez y a que éste dio cumplimiento con los artículos de la Ley de Colonización.

• La Colonia que él fundó y la hizo crecer lleva su nombre.
• También la Esc. Nº72 de Punta Rieles (Margarita Belén) lleva el nombre de este pionero, por Resolución Nº350/80 (C.G.E.)

Fuente: -Hombres y Mujeres que Hicieron Chaco- de Lidia Polich de Calvo.